sábado, marzo 10, 2007

Estereotipos

¿Qué es un estereotipo? Creo que muchos lo sabemos, pero para aclarar cualquier diferencia de definiciones y pensamientos sobre el tema, en esta entrada se entenderá como estereotipo aquella idea colectiva en la cual se generalizan las características y conductas esperadas de algo o alguien ante diversas situaciones, encasillando al sujeto estereotipado asignándole carcterísticas que, en la mayoría de las ocasiones, no presenta; esta acción suele estar presente en las mentes cerradas a las diferentes alternativas que se pueden presentar en el mundo dentro de casos aparentemente similares. Eso es para mi un estereotipo y así lo manejaré en esta entrada.

Después de las ya acostumbradas aclaraciones iniciales de este blog (para los que no lo sabían, las entradas van de abajo hacia arriba, es decir la más antigua está hasta abajo y la más nueva se acumula arriba de ésa y así sucesivamente, si gustan corroborarlo pueden ver las fechas de cada una arriba de su correspondiente título), me propongo continuar con el desarrollo del tema. Estoy convencido de que estas "idealizaciones", "creencias", "estándares" o más bien paradigmas sociales son, al igual que: el consumismo, la falta de identidad y la falta de libertad, otro de los grandes agravios en contra de la humanidad originados en nuestra mismísima raza (así es, la autoflagelación en muchos aspectos, si no es que todos, es inhata en el hombre como especie). Si no creen en la posibilidad de que afecte gravemente a nuestra propia raza, simplemente démonos cuenta de que frena y limita muchas posibilidades de cambio en la sociedad, nuevas prácticas y el desarrollo de nuevos ideales (todo esto comúnmente surge en los jóvenes y adultos jóvenes, los cuales a su vez son las víctimas más comunes de los estereotipos), sólo por parecer ante los ojos de los incultos (que hablan sin siquiera saber de lo que hablan): un emo, un hippie, un existencialista, un metalero, un reaccionario, etc.

Este preoblema tiene un efecto que comprueba la teoría del caos, pues por una persona que estereotipa a otra o a un grupo de personas con ideas similares, si llega a hacerlo en un momento en que la idea común no se ha formado, es decir aún no es sólida, los estereotipos pueden frenar la posible evolución de ideales que en uno de tantos casos podría en verdad significar algo en la sociedad, pero un aparentemente "simple" acto de estereotipar a alguien evita que conozcamos la magnitud verdadera de una práctica específica o la retrasa por muchos años [o en el mejor de los casos, puede volverse hermética y estar exiliada como los monjes tibetanos que por la misma razón (y otras muchas) no comparten sus secretos].

Un último efecto que está al mismo nivel de los estereotipos es la discriminación, a la cual no sé si dedicaré una futura entrada, pero es claro que deriva muchas veces de estereotipar a la gente y un claro ejemplo que me viene a la mente en este momento es: la idea errónea de que los emos son homosexuales, por el simple hecho de que su parte liberal incluyeque ellos acepten la homosexualidad sin crítica pero no por eso todos son homosexuales. Claro está que los estereotipos son un problema por estas razones y muchas otras que no mencionaré por no llegar a convertir esta entrada en una de 20 párrafos. No niego la existencia de metaleros, punks, idealistas, ni ninguna otra corriente idealista, musical etc., pero quiero sugerir que antes de encasillar a las personas en los "estereotipos" (incluso los posers merecen trato justo sin discriminación), traten de conocerlos y no hablar confiando sólo en lo que sus ojos (y los medios) les dicen.

domingo, febrero 25, 2007

Consumismo

Para comenzar descartando cualquier reclamación o comentario insinuante, afirmaré desde ahora lo siguiente: la entrada que están a punto de leer está fuertemente influida e inspirada por los últimos podcast de la segunda temporada de Olallo Rubio y por la idea de su película ¿Y tú cuánto cuestas? así que quienes ya sepan de este tema, pueden esperar simplemente una opinión al respecto (a favor, claro) y quienes no saben del tema, aquí obtendrán información del tema (no digo que sea exactamente la misma idea) que podría crear o aumentar su interés para conocerlo más a fondo.

Después de esta pequeña aclaración me remitiré a hablar del tópico en cuestión (es decir el que aparece en el título).

El consumismo se ha vuelto una especie de religión o secta, no porque se tenga una creencia espiritual, sino porque como la mayoría de las religiones actuales, es una práctica común con un significado superficial que la gente realiza no por convicción, sino como una rutina heredada sin pensar el significado de lo que están haciendo; es simplemente una actividad más para la gente al igual que comer (con la diferencia de que su importancia no es vital). Por cierto, para los que no lo saben, o no están completamente seguros, el consumismo es la acción de adquirir o gastar inmoderadamente bienes y/o servicios lo cual no suena tan mal para algunos ¿cierto? La verdad muchos han de pensar algo similar a: "Si tengo los recursos y consumo lo que necesito, o lo que quiero ¿cuál es el problema?" Pues quiero decirles que hay muchos problemas alrededor de esta actividad, pero para darles una idea les mencionaré la consecuencia principal (al menos en mi opinión la cual está muy de acuerdo con la que el señor Rubio hace pública en sus podcast y su película) y más dañina para la sociedad, haciendo de todos sus componentes un bien con un precio.

Así es, al ser el consumismo una práctica continua, desde ya hace bastantes años, ha tenido entre sus impactos el asignarle un valor a todo, absolutamente a todo (y es aquí donde la influencia de Olallo se hace presente). No importa si hablamos de agua, tierra, alimentos, autos, revistas, brindar ayuda, en fin, lo que sea que puedan pensar (incluyendo las personas y actividades), se ha vuelto "productos" adquiribles mediante la paga del correcto precio (el cual no es siempre el justo). Esto resulta alarmante, pues los grandes consumidores, de lo que sea que consuman (siendo sólo unos pocos), se posicionan (en todos los aspectos, aunque tal vez en el ético y moral no es muy común) por encima del grueso de la población, la cual a su vez decae a niveles cada vez más bajos (lo que incluye una peor calidad de vida para las personas en este margen) trayendo situaciones como las vistas en Un mundo maravilloso (sí, si existen actualmente los casos de pobreza extrema como esos) y lógicamente una decadencia paulatina de la población mundial conduciéndonos a un verdadero caos incontrolable [no forzosamente algo desastroso, puede ir desde Children of men (en ciertos aspectos muy obvios) hasta Mad Max (Miller,1979].

Quiero remarcar que no soy el clásico paranóico que dice: "Vivamos como hippies en comunas rurales sin consumir nada que no sea producido por nosotros mismos". No me refiero a eso, simplemente a que tratemos de no abusar de esta conducta, de que poco a poco reduzcamos este hábito y sea más consciente la práctica de "ir de compras" para poder luego influir de esa forma en otros ámbitos y preocuparnos un poco más por el prójimo.

lunes, febrero 19, 2007

¿Depresión o inspiración?

Pues aquí me tienen de nuevo comunicando lo que pienso (y deseo compartirles, pues hay miles de cosas que guardo para mí) en este útil espacio en la red para que quienes lo encuentren y lo lean consideren lo que digo (claro, esa es mi meta, no digo que todo aquel que lo lea lo haga, lo cual es no tan bueno). Y es hoy, en este lindo amanecer en el cual deseo comentar otra de esas "incógnitas" al estilo de mi primera entrada (no forzosamente con referencias de la RAE) en este blog y es, como ya se imaginarán, la cuestión planteada en el título (¿O si no para qué sirve el título?).

Como dicen por ahí, iré directo al grano, al punto, a la idea central de esta entrada: de lo que me he percatado desde ya hace varios años (y creo que es algo obvio pero aún así vale la pena mencionarlo) es de la relación entre la depresión y la "inspiración" de las personas y es algo muy curioso pero es una relación casi de dependencia (es decir la llamada inspiración depende muchas veces de la depresión). ¿Y por qué digo esto se preguntarán? Bueno pues por razones muy obvias:

Comenzaré conmigo mismo, contándoles una experiencia personal que ejemplifica de manera ideal el caso planteado y es que he tenido dos blogs anteriores a este (no, ninguno de los que tienen vínculo en este blog) y ambos se originaron tras la reciente (en ese momento) necesidad de desahogar multiples "penas" y pensamientos que me mantenían con un caracter apático y depresivo. Y aunque ambos blogs no tuvieron una larga vida ni una enorme cantidad de entradas, todo el tiempo tenía ideas para escribir, y cuáles eran, se estarán preguntando, pues cualquier tema que lidiara, aunque fuera de forma muy parcial, con mis ánimos depresivos, cualquiera de esas ideas me daba "inspiración" y muchas ideas para escribirla de la forma más dramática (que algunos llaman poética, aunque en lo personal no lo considero así) posible. Era muy claro y fácil de apreciar la forma en la que estas "actitudes" o estados de ánimo (y digo estados porque era una tendencia a la depresión, no estaba en una depresión constante) me "ayudaban" a escribir, me porporcionaban una vista diferente del mundo que combinada con mi ya conocida forma de pensar daban resultados buenos en cuanto a lo escrito, pero sólo me perjudicaban.

Ahora, pasando más allá de mi ejemplo, se pueden apreciar miles de ejemplos de reconocidos y maravillosos poetas, compositores, autores de libros (o también de otros blogs), incluso la maravillosa costumbre atribuida a las mujeres (aunque muchos hombres lo hacen, sólo que no lo dicen) de escribir un diario, en muchos de esos casos lo que se escribe esta basado en la tragedia, por ejemplo: la mayoría de la gente cuando se divierte y disfruta la vida, constantemente está ocupada y no tiene tiempo para un diario, pero cuando las cosas se ponen mal y no hay con quien desahogarse que mejor que pensar las cosas y darse un tiempo para uno(a) mism(a) y su diario.

Veamos dos ejemplos de canción:

Uno se cree, que los mató el tiempo y la ausencia pero su tren vendió boletos de ida y vuelta (Serrat, 1971).

Oh where, oh where can my baby be? The Lord took her away from me (Cochran, 1962).

Podría poner una larga lista de ejemplos, pero sería muy casado para mí el buscarlos y para ustedes el leerlos así que sólo les dejo la idea que ya mencioné antes. Ambas canciones son muy conocidas por personas que saben de música (es decir por personas que escuchan cosas más allá de Rebelde, Panda, Britney Spears o Paris Hilton), y reflejan un alto grado de melancolía y nostalgia, lo cual no significa que sean malas, sólo que esta influencia depresiva causa una mayor captura de atención del público (si no me creen escuchen los villancicos la siguiente navidad y verán que tampoco son muy alegres en su mayoría) y me hace volver a plantearles la pregunta inicial: ¿Es acaso la inspiración el equivalente a la depresión? o mejor dicho ¿Existe una relación directamente proporcional entre la depresión de alguien y el resultado de lo que haga bajo la influencia de su "inspiración"? Es decir: ¿A mayor depresión, mejor inspiración?

Me despido y como siempre les invito a que me consideren como alguien con un punto de vista diferente (o tal vez igual al suyo pero diferente al de las masas) y mantengan la mente abierta a las nuevas propuestas, las juzguen [no, no y no, no juzguen de forma objetiva, ni los diccionarios lo hacen (lo entenderán los que leyeron la entrada sobre la libertad y el libertinaje), juzguen de acuerdo a sus intereses y a lo que creen conveniente sin rayar en egoísmo], y finalmente decidan.

miércoles, febrero 14, 2007

Comer para vivir o vivir para comer

Han pasado ya unos meses desde que pensé en esto por primera vez, y hoy decidí compartirlo pues me parece que no soy el único que piensa algo similar y que muchos de ustedes al leerlo, si no se habían percatado, probablemente lo analisen y vean que así es. Respecto al deseo de comer, no me refiero a esos antojitos de garnachas en la noche de los fines de semana, sino me refiero al hecho de desear alimentarnos las veces suficientes en el día para continuar nuestras actividades. Así es, me refiero a esas (en los casos más comunes) tres comidas diarias, denominadas desayuno, comida y cena, las cuales nos llenan de lindos y efectivos carbohidratos, proteinas y otras muchas cosillas más que no me interesa nombrar aquí.

Se han puesto a pensar qué involucra el tomar esta decisión diaria de alimentarnos, o por el otro lado, esos momentos de depresión que nos hacen perder el apetito (tal vez los psicólogos sí, pero a eso se dedican, en cambio para mi, tiene poco tiempo que lo reflexioné, remarcando la notable diferencia entre reflexionar y pensar). Al comenzar a reflexionar al respecto me di cuenta de que nuestro interés en la vida, en seguir adelante incluso cuando no tenemos una meta definida en cierto momento de nuestras vidas, se ve reflejado en esta actividad tan común (y en muchas otras, no quiero decir que sea la única) de una manera fácilmente percatada por nosotros mismos e incluso por aquellos que nos rodean.

Como ya sabemos, nuestro estado de ánimo (influido por experiencias, recientes y no tan recientes, y otros factores de nuestro medio) cambia constantemente, no es una parte permanente de nuestro ser y se aprecia en el hecho de comer: el hecho de tomar la decisión de querer llevar alimento a nuestro cuerpo, aún cuando es una decisión muy habitual y casi inconsciente pues se vuelve más una costumbre; es esta acción un claro reflejo del deseo de seguir adelante pues sabemos que necesitamos alimentarnos para vivir, pero a su vez, los momentos de inseguridad, depresión y otros estados de ánimo, cuando en verdad alcanzan niveles altos, hacen que la persona afectada por ellos no desee más el seguir adelante, se sienta mal y quiera dejar todo atrás y esto se refleja con un temporal deseo de "desaparecer" o "morir" siendo una muestra obvia la pérdida del apetito.

No quiero decir que la persona desee morir de hambre, sólo me refiero a la pérdida de interés en la vida (aunque sea por unas horas en aquellas depresiones temporales y muy breves) reflejada inconscientemente en dejar de hacer las actividades que nos mantienen vivos y si se dejan de hacer a largo plazo cusan la muerte (tales como comer, pues es claro que la depresión no causa dejar de respirar, aunque sí, existen casos de ansiedad o shock que pueden repercutir suprimiendo actividades vitales inmediatas como la respiración). Con esto sólo quiero lograr mi, ya mencionada otras veces, intención de que quienes pasen por aquí piensen y consideren (no quiero convencerlos, sólo ofrecer otras alternativas) lo que les digo (y en este caso específico valoren el significado de comer y de todas las demás actividades de rutina diaria y les sugiero: háganlas de forma más consciente, disfrutaran más la vida si hacen las cosas con gusto y no por obligacióo) y también lo que no les digo yo, sino cualquiera, piénsenlo y no se lo crean tal cual, cuestionen todo aunque sea sólo en su interior, después tomen una decisión, pero aún así mantengan la mente abierta a otras alternativas y estén dispuestos a cambiar de opinión.

martes, febrero 13, 2007

¿Quién eres?

Se preguntarán a qué se debe el título de esta entrada, pero en verdad créanme, los que ya me conocen tal vez se dan una idea de a dónde va todo esto, pero qué va, con eso de que me gusta escribir (y principalmente el que no muchos me conocen) me pasaré un rato aquí diciéndoles de qué va este asunto del "¿Quién eres?"

Cuando alguna persona hace esta dichosa pregunta, nuestra respuesta habitual va enfocada a decir nuestro nombre; sí, esa linda designación que nos ha sido otorgada por nuestros padres (tutores y demás términos semejantes incluidos) al nacer (en la mayoría de los casos), aquel conjunto de palabras (nombre(s) + apellido(s) dependiendo del lugar de nacimiento, sus costumbres, leyes y muchos otros factores que si no conocen no pretendo explicar) que toda la vida nos ha servido como un cómodo gancho del cual nos sujetamos para poder, de manera fácil, responder la preguntita del millón (por si ya se perdieron con tanta aclaración sigo hablando del "¿Quién eres?") y vivir nuestras vidas sin la molestia ni la presión de pensar en el asunto.

La cuestión (más bien, el motivo de todo el choro anterior y posterior a este paréntesis, incluyendo los demás paréntesis) es: si nos quitaran o quitaramos el nombre [o cualquier otro designio "personal" que nos hace "únicos, irrepetibles y nos identifica" ya sea: RFC, tu apodo de la secundaria, CURP, número del seguro social, nuestra clave de un mínimo de 20001 dígitos (bonito número) que permite el acceso a nuestra información personal incluyendo la rutina diaria, sí esa clave que ni sabemos que tenemos y que los círculos dominantes del mundo [y tal vez uno o dos seres poco humanos como Elvis, seres en el poder y Pipo] tienen guardada en su base de datos personal superpoderosa] ¿Qué quedaría de nosotros para responder quiénes somos? ¿Acaso no podemos responder porque el problema no es que no nos conozcamos, sino que estamos vacíos? Es horrible pensar en esto pero al menos comienza a generar la duda sobre el tema. Al parecer dependemos de forma vital de nuestro nombre (o clave "unipersonal" que ya ejemplifiqué anteriormente de forma exhaustiva) y de muchas otras cosas (como gustos, rutina, entorno, etc.) para autodefinirnos, pero aún así, aún diciéndolo todo sobre nosotros no terminaríamos una verdadera respuesta que nos defina ante la pregunta "¿Quién eres?" y resulta interesante pensar en cómo surge en la historia el concepto de "quien" ya que no hay ni siquiera una respuesta. El pensar sobre el estar demasiado vacíos como para saber responder quiénes somos me hace presentarles una incógnita más: ¿Habrá surgido el concepto de quien (en el idioma que haya surgido) cuando aún eramos libres y no nos controlaban como ahora? Si fue así entonces ahí no éramos vacíos (tan vacíos, pues sigo creyendo que podemos recuperar un poco de lo perdido).

Para terminar como siempre les pido que piensen en lo que les dije, también si desean me envíen sus comentarios a mi mail (lo encontrarán mañana a la mano si no es que hoy mismo y envíen sus comentarios por mail o déjenlos aquí en el mismo blog), sino lo desean pues sólo piénsenle un poco y gracias por leerme un rato.

lunes, febrero 12, 2007

¿Libertad = Libertinaje?

Veamos: ¿Qué es libertad? Según la Real Academia Española, la libertad es algo similar a la capacidad natural del hombre de actuar de una u otra forma, o de no actuar para nada, siendo responsable de sus acciones y decisiones. (RAE, 2007) lo cual me parece una definición acertada en la cual la parte de: "responsable de sus actos" cubre bastantes puntos y aspectos del ser libre. [Aclaro antes de continuar que para todos aquellos que no piensan más allá de lo que les dicen y siguen creyendo que Porfirio Díaz fue un malvado, que hubo niños héroes, que Pipo es cool y buena onda, que hay reyes magos y que los gabachos tienen un gobierno justo; para toda esa gente (y algunos más) seré un paranóico extremista que cuestiona todo de una forma exagerada bla bla bla...] pero, ¿Es en verdad esta definición aceptada por todos y tomada de la forma que nos dice la RAE? o ¿Está involucrada una forma de control que suprime un poco (o más bien mucho) esa libertad? Según la RAE el libertinaje es el desenfreno en las obras o palabras (RAE, 2007).

Dando por hecho (porque es un hecho) que vivimos controlados por distintas fuerzas (y no la fuerza del universo de Star Wars, sino fuerzas políticas, económicas, religiosas, etc.) ¿No les parece que la definición de libertinaje está manipulada y pierde su objetividad? Tenía yo entendido que un diccionario debe de evitar juicios como: dañino, malo, desenfrenado, perjudicial, etc. y todas esas palabras que los mismo diccionarios definen como adjetivos y juicios de valor. Entonces qué les da el derecho y privilegio de juzgar el libertinaje como "desenfrenado".

Claro está que yo podría extenderme en argumentación en esta entrada, escribir y escribir para intentar persuadirlos de que piensen como yo (lo cual sería tratar de manipularlos cayendo en lo que critiqué hace unos momentos), pero sólo les propondré una idea para que la consideren y mediten un poco sobre ella: ¿Acaso será que el "libertinaje" (sin ser juzgado), es la verdadera "libertad"? ¿No será que el juicio de "desenfreno" al definir libertinaje, se enfoca en, poco a poco, disminuir el deseo de libertad del hombre y hacerlo pensar
que el desenfreno es "malo"? En lo personal considero que el libertinaje sí existe, no trato de hacerlo desaparecer, sólo sugiero que pensemos un poco las cosas antes de darlas por hecho, todo lo que nos dicen hay que pensarlo un poco antes de aceptarlo o rechazarlo sin terminar en el extremo de ser "rebeldes sin causa". Sí considero que el libertinaje es dañino, pero no estoy de acuerdo en que sea sólo porque sí, sino tras pensarlo un poco, es obvio que las relaciones humanas se ven día a día afectadas por quienes no aceptan las consecuencias de sus actos, quienes ni siquiera piensan antes de actuar. Piénsenlo un rato, tal vez yo esté equivocado, pero qué tiene de malo considerarlo, no los matará.