Un último efecto que está al mismo nivel de los estereotipos es la discriminación, a la cual no sé si dedicaré una futura entrada, pero es claro que deriva muchas veces de estereotipar a la gente y un claro ejemplo que me viene a la mente en este momento es: la idea errónea de que los emos son homosexuales, por el simple hecho de que su parte liberal incluyeque ellos acepten la homosexualidad sin crítica pero no por eso todos son homosexuales. Claro está que los estereotipos son un problema por estas razones y muchas otras que no mencionaré por no llegar a convertir esta entrada en una de 20 párrafos. No niego la existencia de metaleros, punks, idealistas, ni ninguna otra corriente idealista, musical etc., pero quiero sugerir que antes de encasillar a las personas en los "estereotipos" (incluso los posers merecen trato justo sin discriminación), traten de conocerlos y no hablar confiando sólo en lo que sus ojos (y los medios) les dicen.
sábado, marzo 10, 2007
Estereotipos
domingo, febrero 25, 2007
Consumismo
lunes, febrero 19, 2007
¿Depresión o inspiración?
miércoles, febrero 14, 2007
Comer para vivir o vivir para comer
Han pasado ya unos meses desde que pensé en esto por primera vez, y hoy decidí compartirlo pues me parece que no soy el único que piensa algo similar y que muchos de ustedes al leerlo, si no se habían percatado, probablemente lo analisen y vean que así es. Respecto al deseo de comer, no me refiero a esos antojitos de garnachas en la noche de los fines de semana, sino me refiero al hecho de desear alimentarnos las veces suficientes en el día para continuar nuestras actividades. Así es, me refiero a esas (en los casos más comunes) tres comidas diarias, denominadas desayuno, comida y cena, las cuales nos llenan de lindos y efectivos carbohidratos, proteinas y otras muchas cosillas más que no me interesa nombrar aquí.
Se han puesto a pensar qué involucra el tomar esta decisión diaria de alimentarnos, o por el otro lado, esos momentos de depresión que nos hacen perder el apetito (tal vez los psicólogos sí, pero a eso se dedican, en cambio para mi, tiene poco tiempo que lo reflexioné, remarcando la notable diferencia entre reflexionar y pensar). Al comenzar a reflexionar al respecto me di cuenta de que nuestro interés en la vida, en seguir adelante incluso cuando no tenemos una meta definida en cierto momento de nuestras vidas, se ve reflejado en esta actividad tan común (y en muchas otras, no quiero decir que sea la única) de una manera fácilmente percatada por nosotros mismos e incluso por aquellos que nos rodean.
Como ya sabemos, nuestro estado de ánimo (influido por experiencias, recientes y no tan recientes, y otros factores de nuestro medio) cambia constantemente, no es una parte permanente de nuestro ser y se aprecia en el hecho de comer: el hecho de tomar la decisión de querer llevar alimento a nuestro cuerpo, aún cuando es una decisión muy habitual y casi inconsciente pues se vuelve más una costumbre; es esta acción un claro reflejo del deseo de seguir adelante pues sabemos que necesitamos alimentarnos para vivir, pero a su vez, los momentos de inseguridad, depresión y otros estados de ánimo, cuando en verdad alcanzan niveles altos, hacen que la persona afectada por ellos no desee más el seguir adelante, se sienta mal y quiera dejar todo atrás y esto se refleja con un temporal deseo de "desaparecer" o "morir" siendo una muestra obvia la pérdida del apetito.
No quiero decir que la persona desee morir de hambre, sólo me refiero a la pérdida de interés en la vida (aunque sea por unas horas en aquellas depresiones temporales y muy breves) reflejada inconscientemente en dejar de hacer las actividades que nos mantienen vivos y si se dejan de hacer a largo plazo cusan la muerte (tales como comer, pues es claro que la depresión no causa dejar de respirar, aunque sí, existen casos de ansiedad o shock que pueden repercutir suprimiendo actividades vitales inmediatas como la respiración). Con esto sólo quiero lograr mi, ya mencionada otras veces, intención de que quienes pasen por aquí piensen y consideren (no quiero convencerlos, sólo ofrecer otras alternativas) lo que les digo (y en este caso específico valoren el significado de comer y de todas las demás actividades de rutina diaria y les sugiero: háganlas de forma más consciente, disfrutaran más la vida si hacen las cosas con gusto y no por obligacióo) y también lo que no les digo yo, sino cualquiera, piénsenlo y no se lo crean tal cual, cuestionen todo aunque sea sólo en su interior, después tomen una decisión, pero aún así mantengan la mente abierta a otras alternativas y estén dispuestos a cambiar de opinión.
martes, febrero 13, 2007
¿Quién eres?
Se preguntarán a qué se debe el título de esta entrada, pero en verdad créanme, los que ya me conocen tal vez se dan una idea de a dónde va todo esto, pero qué va, con eso de que me gusta escribir (y principalmente el que no muchos me conocen) me pasaré un rato aquí diciéndoles de qué va este asunto del "¿Quién eres?"
Cuando alguna persona hace esta dichosa pregunta, nuestra respuesta habitual va enfocada a decir nuestro nombre; sí, esa linda designación que nos ha sido otorgada por nuestros padres (tutores y demás términos semejantes incluidos) al nacer (en la mayoría de los casos), aquel conjunto de palabras (nombre(s) + apellido(s) dependiendo del lugar de nacimiento, sus costumbres, leyes y muchos otros factores que si no conocen no pretendo explicar) que toda la vida nos ha servido como un cómodo gancho del cual nos sujetamos para poder, de manera fácil, responder la preguntita del millón (por si ya se perdieron con tanta aclaración sigo hablando del "¿Quién eres?") y vivir nuestras vidas sin la molestia ni la presión de pensar en el asunto.
La cuestión (más bien, el motivo de todo el choro anterior y posterior a este paréntesis, incluyendo los demás paréntesis) es: si nos quitaran o quitaramos el nombre [o cualquier otro designio "personal" que nos hace "únicos, irrepetibles y nos identifica" ya sea: RFC, tu apodo de la secundaria, CURP, número del seguro social, nuestra clave de un mínimo de 20001 dígitos (bonito número) que permite el acceso a nuestra información personal incluyendo la rutina diaria, sí esa clave que ni sabemos que tenemos y que los círculos dominantes del mundo [y tal vez uno o dos seres poco humanos como Elvis, seres en el poder y Pipo] tienen guardada en su base de datos personal superpoderosa] ¿Qué quedaría de nosotros para responder quiénes somos? ¿Acaso no podemos responder porque el problema no es que no nos conozcamos, sino que estamos vacíos? Es horrible pensar en esto pero al menos comienza a generar la duda sobre el tema. Al parecer dependemos de forma vital de nuestro nombre (o clave "unipersonal" que ya ejemplifiqué anteriormente de forma exhaustiva) y de muchas otras cosas (como gustos, rutina, entorno, etc.) para autodefinirnos, pero aún así, aún diciéndolo todo sobre nosotros no terminaríamos una verdadera respuesta que nos defina ante la pregunta "¿Quién eres?" y resulta interesante pensar en cómo surge en la historia el concepto de "quien" ya que no hay ni siquiera una respuesta. El pensar sobre el estar demasiado vacíos como para saber responder quiénes somos me hace presentarles una incógnita más: ¿Habrá surgido el concepto de quien (en el idioma que haya surgido) cuando aún eramos libres y no nos controlaban como ahora? Si fue así entonces ahí no éramos vacíos (tan vacíos, pues sigo creyendo que podemos recuperar un poco de lo perdido).